Que las pasarelas y las revistas marcan los cánones de belleza, que la ropa está hecha sólo para flacas, que el mundo señala un cuerpo para las exitosas y que para serlo, hay que tenerlo…Realidades, sin duda, que crean exigencias y que dan lugar a que los problemas alimenticios se hayan expandido y que ya no hagan diferencias entre sexos: lo que parecía un problema solo de mujeres, se sabe que ya lo es también para los hombres.
Los adolescentes varones, hoy tienen 350 % más patologías alimentarias que hace 10 años. Para ellos, todo vale con tal de tener “un buen cuerpo” que no es sinónimo de ser sano y fuerte, sino de tener los abdominales marcados y los brazos musculosos como los galanes de telenovela.
Según los datos relevados este mes por la Asociación de Lucha contra la Bulimia y la Anorexia (ALUBA), en la Argentina:
* En el año 2000 se registró un nivel de patologías del 2 % en el total de adolescentes varones encuestados, en tanto en el último informe el índice llega al 9 %.
* En el año 2000 se detectó un 12 % de la población encuestada con desordenes alimentarios, mientras que en el estudio más reciente este porcentaje alcanza el 21 %.
* Se observó también que la presencia en la familia de patologías del espectro bipolar, es la más frecuente entre las jóvenes que presentaron estas enfermedades.
*Los desordenes alimentarios cuantificados son síndromes incompletos denominados “etnos”, a los que les falta algún síntoma para ser considerados como alguna de las patologías más conocidas, como la anorexia nerviosa y la bulimia.
¿Cómo salirse de este círculo asfixiante? ¿Cómo no contribuir a que ese modelo exigente, que puede ser mortal, se siga expandiendo? ¿Qué podemos hacer las mujeres, como novias, esposas, amigas, madres de estos varones, para ayudarlos?
- En principio, recodarles que lo que los hace atractivos es la actitud ante la vida y ante quienes los rodean, más que el aspecto físico.
- Ser cuidadosas con las palabras cuando nos referimos a su imagen y cuando hablamos de otros hombres que pueden ser tomados como modelo.
- Propiciar en la adolescencia la cercanía con el padre y otros varones de la familia.
- Cuidar su alimentación para que sea balanceada y contribuya a que se sientan ágiles, fuertes y sobre todo, sanos.
- Acercarlos al deporte y la vida al aire libre.
Servirles de guía sobre cómo responder a las agresiones del medio, tan proclive a la broma de mal gusto cuando de etiquetar a los otros se trata.
¿Por qué crees que han aumentado los casos de problemas alimenticios entre los varones? ¿Qué podemos hacer para que esto no suceda?
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