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Primavera: Con mucho control, miles de chicos festejaron



En Capital, coparon clásicos como los Bosques de Palermo o Costanera Sur. La Comuna redobló operativos preventivos para evitar el exceso de alcohol y no hubo incidentes serios.Estación de romances y alergias, la primavera llegó al Sur. Y como siempre, miles de jóvenes la recibieron en Palermo, Costanera Sur, Plaza Francia y otros parques de Capital y el Conurbano. Esta vez, con muchos varios controles y poco alcohol.


La primera impresión al recorrer el parque Tres de Febrero era que en Capital y GBA difícilmente quedara algún sub 20, ya que todos parecían estar en Palermo. Hacia el mediodía, todavía desfilaban filas de pibes caminando desde Plaza Italia o por Libertador.
"Venimos desde Laferrere, en colectivo. Queremos jugar a la pelota pero no hay lugar en ningún lado", se lamentó Eduardo Rodríguez, de 16 años, mientras sus amigos buscaban una sombra donde armar el picnic, cerca del lago del Rosedal. Se cruzaban con los habituales corredores de Palermo, que no pararon su rutina ni ante el aluvión adolescente.
Ya en los accesos a los bosques se notaban los controles. La Ciudad destinó allí y en otros puntos como Parque Sarmiento o Centenario personal de Defensa Civil y dispuso once puestos de Control de Tránsito, hasta bien entrada la noche, en los puntos de mayor concentración de público para, principalmente, evitar el exceso de alcohol. De hecho, se veían menos chicos tomando.
Los pibes hacían la clásica: mate, guitarreada, fútbol y vóley. Muchos, con unas pelotas inflables que compraban allí mismo, por $ 20. "Igual, preguntan más de lo que compran. Es que la situación económica no da para más. Me quedo un rato más, según cuánto venda", comentó Antonio, un busca que se vino de Dock Sud para hacerse su propia primavera.
Otra que se quejó por los bolsillos flacos era Natalia Andrada, que trajinaba los bosques cargando su paño con anillos y collares artesanales. "Los pibes no compran nada, y eso que estoy vendiendo a mitad de precio de lo que cobro en el verano, en la playa. Me dicen que si compran después no tienen para volverse", contó.
Los que sí tuvieron trabajo fueron los vendedores de comida. Las colas para rescatar un pancho o una hamburguesa eran tan largas como las que se formaban para usar los cientos de baños químicos instalados por el Gobierno porteño. ¿Los precios? Saladitos: $ 4 un pancho, $ 6 una gaseosa chica y $ 10 una ensalada de frutas.
Por suerte, los chicos no tuvieron que pagar para escuchar música. Es que, además de los celulares con MP3, hubo recitales gratuitos, como el que brindó Fabiana Cantilo, patrocinada por una radio, y el que organizaron la Ciudad y la Fundación Proyecto Padres en Figueroa Alcorta y La Pampa. Además, organizaciones de jóvenes cristianos hicieron dos recitales, en Palermo y Costanera Sur, bajo el lema "Primavera Zero", con un mensaje contra la droga, el alcohol y la violencia.
Es que también en Costanera Sur hubo festejos. Los cientos de pibes se mezclaban con los oficinistas de Puerto Madero, que se tomaron el rato del almuerzo para su propio picnic. Otros chicos aprovechaban los monumentos y bancos para hacer parkour, esa curiosa práctica que consiste en pararse y saltar en los obstáculos de las veredas.
Pero seguramente los que más saltaron, de alegría, hayan sido los dueños de los carritos: muchos se preguntaban si no podían entrar al libro Guinness con el récord de choripanes vendidos en un día.



Fuente: clarín.com.Por: Pablo Novillo

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