Una amplia variedad de conductas se ajustan a esta definición, incluyendo cortes superficiales de la piel, quemaduras leves, trinches, fracturas voluntarias de los huesos, punzadas con agujas, o impidiendo que lesiones presentes sanen.
Los comportamientos descritos, generalmente aparecen en la adolescencia temprana (11-15 años) y persisten hasta la adultez media, cuando generalmente cesan espontáneamente. Afectan desde un 4 a un 38% de las poblaciones. Sin embargo, los estimados son inexactos, ya que los estudios conducidos sólo han abarcado segmentos muy pequeños de población. Los expertos concuerdan en que el porcentaje real cae entre el 15 y el 20%.
Las consecuencias más negativas derivan de las injurias propias, que por sí mismas presentan un riesgo de infección. Sin embargo, existen asimismo consecuencias psicológicas, incluyendo sentimientos de vergüenza y miedos de rechazo social si quienes se auto-injurian son confrontados con lo que hacen y con sus razones para hacerlo.
Igualmente existe evidencia circunstancial que plantea que quienes se involucran en este tipo de actividad, están a un riesgo elevado de suicidio. Algunos investigadores especulan que la razón es que se acostumbran a ignorar el dolor e ignoran el miedo que deriva de hacerse daño a sí mismos.
Pero otros estiman que el para-suicidio es lo opuesto al suicidio en su fenomenología y objetivos. Según esos investigadores, la mayoría de quienes se involucran en estos tipos de comportamientos auto-dañinos, lo hacen en un esfuerzo para acomodarse a emociones negativas, admitiendo que el procedimiento les brinda un escape o forma de alivio emocional.
Tales sentimientos, probablemente derivan de la descarga de endorfinas en la sangre circulante, que no sólo producen alivio, sino que pueden también engendrar euforia.
Un hecho que parece pertinente aquí recalcar es que las personas usan las auto-injurias de manera similar a cómo hacen uso de la comida, las drogas, el sexo y el alcohol… para obtener un sentimiento de bienestar a corto plazo. También es posible para ellos, derivar un sentimiento de equilibrio emocional cuando se utilizan como medida auto-punitiva como lo hacen algunos religiosos en la autoflagelación con los silicios.
En general, se han aceptado cuatro razones principales por las que las personas se auto-lesionan, todas siendo de tipos sociales y personales.
- Reducir la tensión o para impedir la percepción de emociones negativas.
- Lograr percibir algo, aunque este "algo" sea el dolor
- Comunicar a otros que están afligidos o angustiados
- Lograr que otros los dejen en paz
Las personas más predispuestas a la auto-injuria son las que poseen una percepción negativa de su imagen corporal acoplada con la existencia de emociones conflictivas intensas y una capacidad disminuida de adaptarse a los estreses de la vida cotidiana.
En estos últimos aspectos, estas personas se ajustan a las estructuras psicológicas de las personalidades miméticas y "borderline" con las que a veces, erróneamente, se las confunde.
Todas estas tendencias sumadas las predisponen a que hagan uso nocivo de su cuerpo para lograr un balance, similar al estoicismo, con que las anoréxicas toleran la inanición autoimpuesta.
Unos cuantos estudios sugieren que la biología juega un papel muy importante en este rompecabezas del proceder humano. Un estudio en particular estableció que las personas que se autolesionan poseen niveles más bajos de opioides (endorfinas) en sus cuerpos que aquellas que no se auto-agreden.
Otra teoría sugiere que algunas personas que se provocan el dolor intencional lo hacen para estimular la producción de endorfinas.
Muchos investigadores enfatizan la proximidad conductual de los auto-mutiladores con víctimas del borderline síndrome ya que ambas condiciones manifiestan este comportamiento, asociado con otros que les son recíprocos, proponiendo que el dolor auto-inducido puede inhibir regiones del cerebro involucradas en el mecanismo de procesar emociones.
Algunos consideran la automutilación como una extensión diagnóstica de la personalidad "as if" o mimética de la que forma parte.
¿Existen razones en la adolescencia que los hacen ser más propensos a la auto-injuria?
Muchos creen que sí. Por razones del desarrollo, los adolescentes, a menudo se encuentran en un torbellino de pasiones fisiológicas y psicológicas. No es tan sólo que tienen que navegar relaciones sociales y sexuales, sino que están afectados por emociones tan intensas como, para ellos, inéditas y muy poco anticipadas.
Durante las fases tempranas de la pubertad las regiones del cerebro involucradas con el equilibrio de las emociones (la amígdala) y las partes responsables por los procesos cognitivos superiores (la corteza cerebral) a veces no conectan enteramente entre sí, y como consecuencia los resultados son conflictivos.
Para los investigadores clásicos de la adolescencia como etapa del desarrollo psicosocial, las tormentas emocionales de este período constituyen la regla y nunca la excepción. Tanto es así, que Anna Freudaseveraba que las "crisis de la adolescencia" eran de esperarse y que su ausencia era razón para sentirse preocupados.
En esta etapa de transición y moratoria, a menudo, encontramos seres que están asediados por altos niveles de desequilibrios emocionales mientras carecen de las herramientas para negociarlos exitosamente.
De acuerdo a muchos investigadores, cuando el cerebro de los jóvenes concluye su desarrollo, estos empiezan a adaptar aprendiendo los unos de los otros, dialogando entre ellos, meditando, escribiendo poesías, dedicándose a actividades atléticas u otras formas de conductas adaptivas de índole sublimadoras.
La auto-injuria parece ser una de esas conductas de las cuales el joven se aleja normalmente con la progresión del desarrollo normal. Muchos investigadores estiman que estos comportamientos cesan dentro de los 5 años posteriores a su comienzo. Pero, para algunos no es así.
De manera desacertada, algunos intelectuales postulan que la auto-injuria (como la onicofagia o la tricotilomanía) es meramente un comportamiento de accesión más fácil que lo son el sexo, las drogas y el alcohol para reducir tensiones.
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De una monografía por Felix Larocca.
Ver el trabajo completo en:
El comportamiento de las injurias auto-inflictas
La adolescencia: Período de crisis existencial
http://www.monografias.com/cgi-bin/jump.cgi?ID=152688
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